💜 - El Extranjero

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Hola pxtxxxxs, txlxnxs, mxtxmxmxs y demás razas potaxianas y bienvenidxs a una nueva entrada de Jiafei's Literature Club. 

Hoy os voy a contar mis experiencias vividas mientras leía el fragmento de la novela ''El Extranjero" en el que se nos presenta una escena bastante fuerte bajo mi punto de vista y que sin ningún tipo de duda, es algo para lo que muchas personas no están preparadas.

Sin más que decir... Comencemos

Antes de continuar con el texto, me gustaría proporcionaros un link para que podáis buscar información sobre el autor de esta obra: Albert Camus

Ahora sí que sí, os dejo con el texto en cuestión:

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Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas

condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.

El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús a las dos y llegaré por la tarde. De esa

manera podré velarla, y regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no pudo negármelos ante una

excusa semejante. Pero no parecía satisfecho. Llegué a decirle: «No es culpa mía.» No me respondió. Pensé entonces que no

debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más bien le correspondía a él presentarme las

condolencias. Pero lo hará sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá no estuviera

muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto archivado y todo habrá adquirido aspecto más oficial.

Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante de Celeste como de costumbre. Todos se condolieron

mucho de mí, y Celeste me dijo: «Madre hay una sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me sentía un poco

aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitación de Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El

perdió a su tío hace unos meses.

Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera, añadidas a los barquinazos, al olor a

gasolina y a la reverberación del camino y del cielo. Dormí casi todo el trayecto. Y cuando desperté, estaba apoyado contra un

militar que me sonrió y me preguntó si venía de lejos. Dije «sí» para no tener que hablar más.

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Hay... Madres. Posiblemente la persona más importante del mundo entero para muchas personas. Es aquella que te tuvo en sus brazos cuando no eras capaz de mantenerte en pie por ti mismo. Quien se mantuvo a tu lado cuando pasas momentos difíciles. Quien se desveló hasta la madrugada para ayudarte a estudiar para un examen súper importante de matemáticas. Son unas grandes.

Desafortunadamente en este fragmento de la obra nos encontramos un escenario horrible. La muerte de la madre del protagonista.

Es terrible tener que pensar en la muerte, pero...

¿Alguna te has planteado que todo ser vivo acaba muriendo?

En fin, es un pensamiento terrible. Vivo consciente de que algún día mis seres queridos morirán, incluso es posible que yo muera antes.

Esta es una idea que encuentro curiosa: No soporto pensar que algún día un familiar mío haya fallecido pero tampoco me dejaría tranquilo morir yo mismo antes que el resto. Esto quizás esté relacionado con un tema que mencioné hace ya varias entradas. Ese miedo a dejar a tus seres queridos atrás es quizás lo más doloroso de la muerte. Nadie puede descansar en paz, al menos desde mi punto de vista. Siempre va a haber algo que no acabe de cerrarse cuando estás ante tus últimos suspiros.

Bueno, me he desviado del tema un poco, creo yo. Volvamos a las madres:

Como iba diciendo, las madres son sagradas y el hecho de que al protagonista de esta novela se le haya muerto la madre es terrible. Desconozco la relación que tendrían ambos ya que no he leído la obra y tampoco tengo intención de hacerlo, pero eso no quita que yo como ser humano logre empatizar con el protagonista.

Personalmente, si mi madre muriese no sabría que hacer. Me sentiría destrozado, hundido y seguramente no sabría como afrontarlo, pero el tiempo se lo come todo, incluidas las vidas de las personas, por lo que no es posible combatir contra el transcurso de la vida. Lo único que se puede hacer es retrasar la cuenta atrás de la vida pero no eternamente.

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Bueno pxtxxxxs universales, después de este análisis tan profundo sobre la muerte y sobre las madres ha llegado el fin de esta entrada. Se que no es nada del otro mundo pero cuando leímos este fragmento en clase falté, por lo que hice un análisis según lo que me ha parecido a mi cuando lo leí por mi cuenta. 

Bueno mis potaxies universales, sin nada más que añadir... Me despido

Chau chau!!